Una acción al portador no es nominal, es decir, es una acción que no lleva el nombre del titular.
A diferencia de las acciones nominativas, el propietario de las acciones al portador es quien las posee físicamente.
Estas acciones permiten su transferencia de un accionista a otro sin muchas complicaciones.
Como tal, no existe un registro de accionistas que los posean; el registro incluirá únicamente el número de acciones al portador que fueron emitidas en el momento de constitución de la sociedad y su numeración, pero sin referencia a sus titulares.
La propiedad exclusiva de las acciones al portador presupone el derecho de propiedad sobre las mismas. Por eso podría compararse con un cheque al portador, ya que quien lo presenta al banco es quien puede cobrarlo.
Ventajas de las acciones al portador
Estas son algunas de sus principales ventajas:
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Transmisión fácil y rápida: En comparación con los valores registrados, es mucho más fácil transferir valores del comprador al vendedor.
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Confidencialidad y confidencialidad de los socios: Los socios pueden permanecer en el anonimato y no necesitan conocerse.
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Reducción de costo: Como no se requiere ningún procedimiento legal para la transferencia de acciones, existen importantes ahorros de costos.
Las acciones al portador han perdido popularidad en los últimos años debido a la lucha contra el fraude.
Dependiendo de la legislación de cada país, las sociedades anónimas pueden (o no) emitir acciones al portador.
¿Qué tan útiles son las acciones al portador?
Las acciones al portador se utilizaron para administrar bienes inmuebles y bienes muebles, como barcos y aviones.
También es muy común utilizarlos en empresas familiares. Por sus características, pueden facilitar algunos trámites, por ejemplo, tras el fallecimiento del empresario familiar.