Son los recursos de la propia actividad de la empresa y que no han sido distribuidos entre socios ni propietarios.
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Autofinanciamiento de una empresa
También conocido como financiamiento interno, el autofinanciamiento se refiere a un conjunto de recursos financieros generados por la empresa y que no provienen de fuentes externas o aportes de socios.
Por lo general, este tipo de financiación básica proviene de la propia actividad: utilidades retenidas, entendidas como una forma de autocapitalización, o amortización.
La autofinanciación, en contabilidad, forma parte del denominado patrimonio neto, es decir, aquellos recursos generados por la empresa y no distribuidos.
Autofinanciamiento del mantenimiento
Podemos hablar de dos tipos de autofinanciamiento:
El autofinanciamiento para el mantenimiento se refiere a los recursos obtenidos de las provisiones y la depreciación de activos, que se produce por obsolescencia tecnológica o depreciación.
Enriquecimiento autofinanciado
El autofinanciamiento a través del enriquecimiento es el otro tipo de autofinanciamiento y se refiere a los recursos generados por el resultado arrastrado.
Estos beneficios se destinan a nuevas inversiones que, a su vez, se espera contribuyan al crecimiento de la empresa. Las reservas son el recurso propio de este tipo de autofinanciamiento.
Tasa de autofinanciamiento
Estrictamente hablando, existen dos tasas de autofinanciamiento:
La tasa de autofinanciamiento generada por las ventas indica la capacidad de la empresa para convertir las ventas de su negocio en liquidez.
Cuanto mayor y más positiva sea la relación, mayor será la capacidad de la empresa para convertir sus resultados de ventas en efectivo.
La tasa de autofinanciamiento por amortización indica la capacidad de la empresa para obtener liquidez de sus activos.
Cuanto mayor sea la tasa positiva, mayor será la capacidad de la empresa para generar efectivo a partir de la amortización.