Se trata de obligaciones legales y fiscales que surgen de la necesidad de pagar un impuesto e incluyen cuestiones formales como la emisión de facturas o el mantenimiento de registros.
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Toda sociedad moderna tiene un sistema de recaudación de impuestos que requiere que los ciudadanos y las empresas paguen ciertos impuestos.
La obligación fiscal apela a la obligación jurídico-fiscal de las personas naturales, jurídicas o de otro tipo de pagar impuestos así como a sus requisitos formales.
La obligación fiscal presupone una relación entre el contribuyente, que es quien tiene que pagar el impuesto, y la Administración, que es quien lo recauda.
Tipos de obligaciones tributarias
En términos generales, las obligaciones fiscales se pueden dividir entre materiales y formales.
Las siguientes son obligaciones fiscales importantes:
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Las principales, es decir, el pago del impuesto: si el producto tiene un precio de 121 euros, IVA incluido (21%), la obligación tributaria sería el pago de 21 euros de IVA a Hacienda.
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Aquellos que implican la realización de pagos a cuenta, es decir, el anticipo de impuestos (por ejemplo, pagos a cuenta como IRPF en facturas).
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Los establecidos entre las personas físicas que resultan del impuesto, es decir, la obligación de los contribuyentes de pagar un beneficio fiscal.
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Accesorios. Se trata de intereses de demora, recargos por declaración de atraso u otros pagos derivados del impago o retraso en el pago de un impuesto.
Las obligaciones tributarias formales tienen que ver con cuestiones de procedimiento en el pago de impuestos, desde la presentación de diferentes modelos tributarios (modelo 303, modelo 130, modelo 131, etc.) hasta la obligación de llevar varios registros contables.
Estas obligaciones están definidas en el artículo 29 de la Ley General Tributaria y también incluyen la obligación del censo de darse de alta en la Agencia Tributaria como autónomo o empresario o la obligación de emitir facturas.
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